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El Gran Gigante Bonachón

Roald Dahl
Ed. Alfaguara.

Roald Dahl es uno de los escritores más admirados y queridos dentro del mundo de la literatura infantil y juvenil. Sus historias son tan divertidas y subversivas, que la industria cinematográfica ha realizado, en varias ocasiones, adaptaciones de algunas de ellas. Para nadie son desconocidos las aventuras de Matilda, de Charlie, o los problemas que tuvo que enfrentar un niño al encontrarse con una convención de brujas. Sin embargo, muchos no conocen a uno de los personajes más entrañables que creó Dahl: el Gran Gigante Bonachón, un ser enorme, encantador y muy tierno, que se dedica a cazar sueños y que, en la hora mágica, se los sopla a los niños que duermen profundamente.

Sofía es una niña que vive en un orfanato y, una noche en la que no logra conciliar el sueño, descubre al gigante soplando sueños por una ventana. Cuando él se da cuenta, la rapta- pues nadie en el mundo debe saber su secreto- y se la lleva al País de los Gigantes. Allí viven los más horripilantes, terroríficos y enormes seres del planeta y, lo peor de todo, es que se alimentan de guisantes humanos… por nada del mundo, pueden enterarse de la llegada de Sofía, pues se la zamparían en un segundo, “como una gota de agua”. Así comienzan las aventuras de esta niña que se sumerge en la vida de su amigo y termina por conocer los hábitos de los demás habitantes del país.

Como la mayoría de libros de Roald Dahl, éste hace una crítica al mundo de los adultos, mediante el uso de un humor ingenioso y penetrante, que garantiza la diversión de principio a fin. Además, se repite esa característica tan propia de las historias de Dahl, la de realizar siempre una reivindicación del niño, gracias a la fuerza que éste tiene como personaje y al constante cuestionamiento de la autoridad. El lenguaje se convierte, por otro lado, en un juego, especialmente a través del gigante, quien comete muchos “errores” al hablar: palabras como gingante, inspantoso, nivrioso y barabiridad le sacan a cualquier lector una sonrisa, mezcla de ternura y gracia.

Roald Dahl nació en el País de Gales en 1916. A los siete años fue internado en un colegio inglés, donde le tocó vivir el rígido sistema educativo británico, que reflejó luego en muchas de sus historias. Durante la Segunda Guerra Mundial se hizo piloto y, después de un accidente, se dedicó a escribir sus experiencias de guerra. Empezó a publicar para niños motivado por las historias que les contaba a sus hijos. En 1964 vio la luz su primer libro, Charlie y la fábrica de chocolate. Murió en 1990, dejándole al mundo obras como Matilda, El súper zorro y Las brujas, entre muchas otras.

A Propósito de los enunciados obvios y las extrañas demostraciones

Por: Carolina Alonso

Cuando estaba en mi último año de colegio, en clase de Cálculo, el profesor nos pidió que realizáramos una serie de demostraciones lógico-matemáticas de enunciados verdaderos y obvios. Demostrar que cero es igual a cero (0=0), por ejemplo, resultaba tan extraño… hacerlo fue un interesante ejercicio de lógica, no lo niego. En fin, han pasado muchos años y ahora me veo avocada a la tarea de hacer otra de esas demostraciones: “Quienes están encargados de promover la lectura necesitan leer Literatura”, es un enunciado verdadero, obvio… decirlo debería ser suficiente. Sin embargo, vamos a hacer el extraño ejercicio de demostrarlo (advierto que es posible fallar; advierto que en estos campos menos lógicos, los argumentos no siempre son tan precisos; advierto que los pasos pueden ser erráticos y un poco confusos y que no sé exactamente a donde conducirán: todo esto, para mí, resulta más emocionante).

Comenzaré por decir que no creo que sólo los que están encargados de promover la lectura necesitan leer Literatura; estoy convencida de que todos los seres humanos que pertenecemos a una cultura de la escritura lo necesitamos. La aclaración de “cultura de la escritura” obedece al hecho de que los libros no son los únicos medios para contar historias; durante siglos y siglos, en todas las comunidades humanas, las historias se han transmitido oralmente, en medio de prácticas cotidianas y también en momentos extra-ordinarios. Hoy se nos cuentan historias a través de la radio, de la televisión, del cine y de múltiples medios impresos. Pero devolvámonos un poco, los seres humanos —todos— necesitamos historias. Las necesitamos para saber quiénes somos, dónde nos encontramos, de dónde venimos, a dónde nos dirigimos, con quiénes estamos, para saber que podemos superar pruebas; en síntesis, para armarnos nuestra propia historia, esa donde somos protagonistas. Y luego está la Literatura, esa forma única de contar historias que resulta fascinante porque utiliza con armonía y precisión las palabras, porque construye mundos posibles e imposibles con tal coherencia que nos permite habitar en ellos durante el tiempo de la lectura y después, por siempre. La Literatura es el mejor medio de contar historias, los seres humanos necesitamos historias y tenemos en las obras literarias su mejor expresión, entonces, lógicamente, los seres humanos necesitamos leer Literatura. Claro, podemos conformarnos con las historias no tan bien contadas, con las formas simples… podemos, sí, esa es una opción. Como cuando uno va a un banquete y sólo se come un par de rebanadas de pan francés… es una opción.
Aquí viene otro postulado: quienes promueven la lectura (padres, maestros, bibliotecarios) son seres humanos que, por lo tanto, necesitan leer Literatura por ellos mismos, no por ser padres, maestros ni bibliotecarios. “Los promotores de lectura deben leer porque realizan la tarea de promover la lectura”: he aquí un postulado falso, sus dos premisas no tienen carácter de necesidad. Hay muchos que promueven la lectura y no leen, menos Literatura… Yo leo por mí, para mí, porque me gusta, porque yo lo necesito. Luego aparecen los demás y los oficios que cada uno de nosotros desempeña en el mundo. En principio están el “yo”, la Literatura, la necesidad vital y la opción por lo mejor. La Literatura hace solita su trabajo de autopromoción. Un buen libro, en el momento adecuado, atrapa lectores; quienes hemos sido cautivados lo sabemos, y luego vienen las ganas de otro y de otro y de otro… Entonces parece que el promotor de lectura es un ser humano contagiado de este deseo, de esta necesidad, que contagia a otros. Su papel es poner los libros adecuados (los que él ha leído, ha amado y ha sufrido) cerca de los otros, como cuando uno tiene gripa y estornuda en un ascensor, así funciona: dejar el virus por ahí y permitirle hacer su trabajo.

Ahora bien, esa parte del trabajo es fácil, porque surge de la propia necesidad y de la potencia contagiosa de los buenos libros; podríamos decir que trabajo, lo que se dice trabajo no ha habido. Sin embargo, en la básica relación yo-Literatura existe un peligro y, por lo tanto, una exigencia. Se requiere ser valiente para leer Literatura: siempre se corre el riesgo de resultar afectado, transformado, de sentirse incómodo en el mundo, incomodado… Hay quienes no vuelven a los libros porque no soportan los cuestionamientos, porque no les gusta la incomodidad, porque no saben qué hacer con las preguntas que los asaltan. También existen los que se hacen los sordos, los que dicen que no entienden nada, los que eligen libros que no intranquilizan. Entonces es cuando, creo yo, se requiere de un acompañante, de un guía. El guía es, por definición, alguien que “ya ha estado allí”; es decir, alguien que leyó el libro y se dejó afectar, incomodar, transformar… y sigue vivo, incluso más, incluso mejor. Y, por supuesto, deseoso de otra incursión en un mundo riesgoso, literario. Así que el guía ayuda a comprender al nuevo lector, lo anima a continuar, a preguntarse, a cuestionar, a ver de otra manera las cosas de siempre… porque sí, porque vale la pena, porque el guía puede anticipar que allá, al final de las páginas, ese lector será distinto… y ninguno de los dos puede evitar la curiosidad de saber cómo terminarán el libro y el lector.

Así que un promotor de lectura necesita leer Literatura porque es un ser humano valiente que elige la mejor opción narrativa y desea contagiar a otros, y porque, como futuro guía, tiene que haber experimentado la transformación; no para hablar de ella —de la suya— sino para ser útil al acompañar a otros en el tránsito.

En la demostración del cero es igual a cero, la premisa inicial (0=0) se convierte en la afirmación final, obvio. Creo que lo mismo ha sucedido aquí; pero, como en las buenas historias y en las demostraciones lógico-matemáticas, eso no importa, lo importante es lo descubierto en el camino.

Angélica

Lygia Bojunga, Norma


Esta novela nos presenta la historia de una cigüeña que, preocupada por las mentiras y engaños que sus familiares usan con la excusa de que son ellos los que tienen la tarea de traer al mundo a los bebés, decide cambiar el rumbo de su vida y por ello se va a vivir al Brasil donde se gana la vida tocando la flauta. Con un grupo de amigos, que representan diferentes problemáticas sociales, monta una obra de teatro en la que narra su vida y en la que a la vez representa los conflictos de sus amigos. Esta obra crítica, es una mirada a la vida contemporánea en la que conviven la doble moral, el consumismo, el desprecio a la vejez y el machismo. Al mismo tiempo la novela es rica en la descripción de lo que significa la búsqueda de la identidad en medio de un mundo caótico.

Zorro

Autor: Margaret Wil
Ilustrador: Ron Brooks
Ediciones Ekaré



Un perro ciego de un ojo y una urraca que no puede volar se encuentran en medio de un paisaje oscuro, Cuando Urraca sube al lomo de Perro, ambos encuentran una esperanza en aquello que les falta “Yo seré tu ojo perdido y tu serás mis alas”, es la promesa de Urraca… pero antes habrá que saber lo que es estar verdaderamente solo. Zorro serio, Zorro con olor a rabia y a envidia, Zorro rojo desde un paisaje oscuro nos lleva corriendo hasta un desierto rojo, hasta el lugar en el que es preciso retornar.

Matilda

Roald Dahl
Alfaguara

Una oportunidad para ser libre y feliz

Un día el padre de Matilda rompe el libro que ella lee, desesperado ante la actitud de una niña que se niega a seguir el hábito de la familia: ver obsesivamente programas de televisión que ofrecen un mundo fácil de felicidad, que se consigue sólo con dinero, belleza o fuerza. El libro se lo prestaron en la biblioteca. Matilda es una niña que apenas ha cumplido cinco años pero su amor por los libros es más grande que cualquier cosa en su pequeño mundo: los quiere tanto como los otros niños a sus amigos, pero ella no tiene amigos porque sus padres no la quieren llevar a la escuela. Roald Dahl recrea una historia que tiene que ver con la rebeldía, con el mundo a veces incisivo de los adultos, con la soledad y, por supuesto, con los libros. De cierta manera Matilda reproduce un punto de interés del autor a quien le gusta en sus obras buscar el respeto por los niños y contraponer el mundo infantil y el del adulto. En Matilda lo logra y, además, muestra el ámbito familiar con todas sus virtudes y defectos y comprueba que, lejos de las pretensiones de una literatura con altos “niveles valóricos”, los adultos no siempre son perfectos.

Los fuegos

Margarite Yourcenar


En el prólogo del libro titulado “Fuegos” Margarite Yourcenar afirma que éstos surgieron en momentos donde era presa y víctima de la pasión. Para aquellos a quienes a un mismo tiempo interese el reconocimiento de ese terreno que es la naturaleza humana, femenina, masculina y muchas veces andrógena, y la mitología griega, donde dioses y humanos se encuentran aventurando entre la gloria de ser dios y la tragedia de ser humano en el mismo escenario: la vida y la muerte, que miles de años después sigue conservando algunos de sus rasgos más característicos; esta pequeña obra, en extensión, puede iluminar ese camino oscuro, muy seguramente ávido de consuelo a sus ansias, a sus preguntas. Y para aquellos a quienes sólo interesa sólo una de estas dos partes de la historia, se encontrará, inevitablemente, con ese complemento sin el cual perdería su esencia, su sabor. El libro es una serie de nueve cuentos, en los que esta escritora revela los sentimientos, razones y circunstancias en los que se funda la existencia de cada personaje central. Entre cuento y cuento hay una serie de pequeños fragmentos a modo del diario sentir de Margarite Yourcenar, referidos sobre todo al amor y a la desventura de sentir tanto. Cada titulo, plantea una relación: dilema o sinónimo. Ninguno deja de ser apasionante: i.e., el tercer cuento se titula ‘Patroclo o el destino’, narra la enajenación de Aquiles por Patroclo, el único ser que ocupa sus pensamientos, sus recuerdos, dueño de su dolor y responsable de los asesinatos, que enloquecido emprende, y que por fin encuentran sosiego al ver el rostro de Pentesilea, quien orgullosa se deja matar como quien se entrega al amor, tan parecido al de su amigo, desaparecido en la guerra. ‘María Magdalena o la salvación’, el sexto cuento, le sigue los pasos a esta famosa y despreciada mujer, que por salvar el honor de un hombre, se pierde en la aventura de estar cada vez en un lugar y con un hombre diferentes, soportando la humillación del que fue su pueblo, hasta encontrar en dios una segunda esperanza, un posible refugio para esa lealtad que aún no ha podido entregar con honor a un solo hombre, pero nuevamente, al igual que los hombre en busca de su felicidad, fracasa en su intento. El último cuento ‘Safo o el suicidio’, nos lleva por los lugares donde sin éxito busca Safo a esa joven mujer, por quien se ha despertado una obsesión inexplicable, y quizá maternal, a quien ama, y se detiene en el intento de fracasar en el trapecio que una vida ha sido su camino, para dispersarse en el universo como la luz sobre el escenario. Nadie era antes de conocerte y menos ahora que te perdí. La muerte es la verdad que encuentran estos personajes al final de su tragedia, bella, desnuda y libre, como la noche, o como una madre recién parida. Aconsejable para aquellos amantes…del delirio.

Tania Ramos

La joven tejedora


Marina Colasanti
Global


La tejedora de esta historia infantil tiene el don de tejer todo lo que necesita, y todo lo que quiere, por ejemplo leche para beber, luz del sol para calentarse y paisajes llenos de horizontes bellos para sentirse feliz. “Tejer era todo lo que hacia, tejer era todo lo que quería”; sus hilos no tenían grandes pretensiones, hasta el día en que la tejedora sintió la necesidad de tener un compañero y encontró en el telar la solución, pero una vez tejidos y hechos hombre, sus hilos adquirieron pretensiones ajenas, que muy distantes a hacerla sentir feliz, le traen el tiempo en que se arrepiente de todos los hilos tejidos pues le causan una tristeza enorme.
Tejer el sol, la noche, el alimento, tejer la vida, es la propuesta de esta historia. Buscar dentro de sí los hilos más finos para vislumbrar el propio telar, aun a sabiendas de que en alguna puntada se podrán pinchar los dedos o se podrá tejer un espejismo egoísta como suele ser el amor. A través de un lenguaje poético e ilustraciones bordadas por una familia de 5 mujeres Marina Colasanti nos da a entender que el lugar común para que un tejido se desvíe -y más al tratarse de un cuento de hadas como este-, es el momento en que el príncipe azul aparece en la vida de una mujer y ésta deja de tejer su propia vida para dedicarse al telar de él.
El riesgo censurable de La joven tejedora quizás está en que el lector se siente en la necesidad de prever el final de la historia y el mismo tejido de la narración no le permite llegar a “vivieron felices para siempre”, sino que al contrario, la opinión de quienes observan el telar suele ser la misma: la solución está en las manos de la tejedora y no es precisamente la que corresponde a una princesa-plebeya común que permanece encerrada en una torre.
En este libro la felicidad tradicional de las historias de amor se ve cuestionada, así como el papel que las mujeres desempeñan en ellas y en la vida en general, sugiriéndole al lector una postura critica frente a temas como la separación y el abuso.

Marina Colasanti nació en Asmara, Etiopía, pero pasó allí muy poco tiempo. Sus padres son italianos y fue en ese lugar donde transcurrió su primera infancia, luego fue llevada a vivir a Brasil donde ha permanecido hasta hoy. Tal vez por eso sus historias no se dejan ubicar en un lugar determinado, parece que pudieran ocurrir en cualquier parte del mundo real o en algún recodo de un mundo soñado. Además de escritora es periodista, ha sido guionista y presentadora de programas de televisión y la mayoría de sus libros son ilustrados por ella misma. Pero lo que hace realmente especiales sus textos es su tono lleno de ecos, su estilo cargado de símbolos que siempre dejan la sensación de haber contado algo más allá de las historias que relata, algo importante, imprescindible que sin pasar por el cerebro se va directo hasta el alma.

La hija del espantapájaros.

Maria Gripe.
Ediciones SM.

El mundo de las novelas de María Gripe está lleno de una extraña magia que envuelve al lector, no lo deja respirar y no lo suelta sino hasta que termina la narración. Y aún en ese momento, la sensación que queda sigue siendo extraña, pues se da cuenta de que algo se ha movido en su interior. Esto, sin lugar a dudas, sucede con La hija del espantapájaros, una novela muy triste que reflexiona sobre las relaciones humanas, el mundo consumista de las ciudades y la valentía y el orgullo de una niña.
En tercera persona, el narrador cuenta la historia de una niña de doce años que ha sido abandonada por sus padres, dejándola a cargo de dos hermanos pequeños. Ella vive en el bosque y se desenvuelve a la perfección, con la ayuda de Tía Adina y un extraño hombre al que nunca ha visto. Cuenta además con Papá Pelerín, un espantapájaros (que es más bien un espantagente), que ella misma hizo con los vestidos de su padre. Pero un día, recibe una carta de su madre: no vendrá para este invierno, lo que significa que sus hermanos van a pasarlo en la casa de una amiga y Loella va a tener que ir al Patronato de menores. A partir de este momento inicia al interior de la niña una lucha valiente y orgullosa: primero se defiende e intenta evitar que los saquen de la cabaña; pero luego, aceptando la derrota, decide manejar la situación de la mejor manera. En la ciudad por fin entiende una frase que muchas veces le ha dicho Tïa Adina: “todo lo que pasa tiene un oculto significado”, y desde ese momento empieza a creer que ha ido a la ciudad porque debe encontrarse con su padre, a quien no conoce y de quien sólo sabe que es marino, se parece mucho a ella y es muy guapo.
Es así que la autora pone en la mesa el tema del abandono, una problemática muchas veces prohibida a los niños por sus fuertes connotaciones. Pero el modo en que Gripe lo plantea hace que el lector de todas las edades sienta que también en situaciones trágicas y que parecieran sin salida existen en el mundo personas de buen corazón; y, además, que siempre los seres humanos, no importa la edad, podemos recurrir a la valentía, a las ilusiones y a la perseverancia para vencer los obstáculos y conseguir lo que queremos.

Maria Gripe es una de las autoras de literatura infantil y juvenil más importante de nuestros tiempos: en 1974 recibió el premio Hans Christian Andersen. Sus libros retoman temáticas cotidianas y son fuertes críticas contra el autoritarismo. Tanto Hugo y Josefina, como Los hijos del vidriero, La hija del espantapájaros y El abrigo verde se han convertido en clásicos de la literatura juvenil.

Mi amigo el pintor.

Lygia Bojunga Nunes.
Editorial Norma.

Esta novela corta relata la profunda relación de amistad entre dos amigos: un niño y un adulto pintor. Dentro del amplio y variado mundo de la literatura infantil y juvenil, esta historia se ha convertido en un clásico –como casi todas las de esta autora brasilera-, pues plantea una problemática casi siempre prohibida en las obras para niños y jóvenes: el suicidio. Pero la maestría de este libro radica en el tratamiento que hace la autora del tema, ya que lo plantea como una cuestión humana y posible; además, critica fuertemente aquellas personas que condenan a los suicidas como gente que está mal de la cabeza, que es pecadora o que merece el infierno.
Este tratamiento consiste en centrar la atención del relato no en el suicidio, sino en toda la relación de los dos amigos. De esta manera, el niño reflexiona sobre los comportamientos de los seres humanos y se plantea continuamente interrogantes acerca de las pasiones humanas, en este caso, las del pintor: el amor, la política y la pintura. Pero todas estas reflexiones se llevan a cabo a partir del color. Antes de que el pintor muera, el niño se sumerge en el mundo de los colores y empieza a entender que cada uno tiene un sentido profundo: el rojo, por ejemplo, es un color complicado, mientras que el amarillo es el color de la felicidad.
Todo este recorrido por el mundo de los colores, de las pasiones humanas, de las preguntas sin respuesta, de las dudas existenciales, es presentado a través de un lenguaje impecable, lleno de imágenes poéticas y de diálogos muy profundos. Esto permite que una novela que para muchos podría llegar a ser, a primera vista, aburrida o censurable, en realidad sea un poema en prosa, conmovedor y trascendente .
Muchos adultos deciden qué es lo apropiado para que los niños y lo jóvenes lean e, incluso, deciden la edad en la que los lectores deben leer determinados textos. La magia de esta novela es que se sale de tales cánones, pues puede ser leída por todos: sus páginas, por ejemplo, pueden tocar a un niño de 9 años o a cualquier adulto lector o no lector.
Lygia Bojunga Nunes nació en Pelotas, Brasil, en 1932. En un principio trabajó en radio y teatro, pero luego se dedicó de lleno a la literatura. Dentro de los escritores para niños es muy reconocida porque no evita temas problemáticos como el abandono, el asesinato o el suicidio, considerados muchas veces como no aptos para el público infantil. Además de Mi amigo el pintor, la autora ha publicado, entre otros, El sofá estampado, El bolso amarillo y Angélica. En 1982 recibió el premio más prestigioso de la literatura infantil y juvenil: el Hans Christian Andersen.

Guillermo Jorge Manuel José

Mem Fox
Ekaré

Guillermo Jorge Manuel José vive cerca de un hogar para ancianos y conoce a todos y todas sus historias. Su amiga favorita es Ana Josefina Rosa Isabel quien, además de tener cuatro nombres como él, le cuenta al niño sus secretos. El pequeño descubre que la señorita Ana ha perdido la memoria. Entonces se da a la tarea de preguntar qué significa y, con la respuesta que obtiene de los mayores, busca aquellas cosas que él más aprecia para que su amiga pueda recobrar su tesoro. Esta es una bella historia construida sobre la base de la ingenuidad y el amor. El gesto de Guillermo Jorge, al recoger viejas conchas de mar, una marioneta, la medalla que le había regalado su abuelo y una pelota de fútbol, y hacer que Ana Josefina pueda volver a recordar los más importantes momentos de su vida, es un acto de generosidad que conmueve y habla de las cosas sencillas que pueden ser también las más valiosas. La memoria, como valor intrínseco al ser humano, no es aquí sólo el vehículo de los recuerdos, es la posibilidad de construir un mundo en el que se puede vivir cuando la juventud y los bienes materiales se han ido.

Todo sobre un wafle

Polly Horvath, Norma

Primrose Squarp es una niña de once años que vive en el remoto pueblo de Coal Harbour y cuyos padres se han perdido en el mar en una noche de tormenta. Desde entonces ella debe vivir con varias personas: la señorita Perfidia, una anciana amargada, su tío Jack, un hombre de negocios que aprende con la niña los detalles mínimos de la convivencia, y una pareja de ancianos que la ven como la hija que nunca tuvieron. A lo largo del relato, Primrose guarda la esperanza de que sus padres regresarán, en contra de la visión de todos los que la rodean. Su espíritu extraño y combativo hace que no pierda la intuición que hay en su corazón y le da la fuerza para sobrevivir en un mundo de adultos que han perdido su capacidad de mirar los hechos de la vida con los ojos de la ilusión. La autora construye un contexto rico en detalles y deja entrever los secretos del alma de los personajes que rodean a la niña. Al final de la obra, no sólo Primrose habrá triunfado en su predicción sino que todos los habitantes del pueblo comprenderán que todo en la vida es solucionable y que, como en el restaurante de la señorita Bowzer, todo puede ser asimilado si se sirve sobre un wafle.

Club Pasquilla






Soy el más fuerte


Mario Ramos
Corimbo


Un lobo decide dar un paseo por el bosque para reposar después del almuerzo y para comprobar que él es el animal más fuerte de todo el mundo. El pequeño conejo, Caperucita Roja, los siete enanos y los tres cerditos afirman que él es el más fuerte. No parece pensar lo mismo un pequeño bicho arrugado y verdoso que está convencido de que la más fuerte del bosque es su mamá. Una historia corta en la que se conjugan con gran precisión el dibujo descomplicado y el sentido del humor del autor. Con trazos fuertes y gruesos, Mario Ramos logra crear un clima de terror entre los habitantes del bosque y logra transmitirle al lector la tensión del que espera lo peor cuando se le atraviesa al más fuerte. El final del cuento es una muestra más del humor negro del autor que ha invitado a más de un personaje de la literatura infantil a compartir con el lector su sencilla pero inspirada historia.

El sabueso de los Baskerville

Arthur Conan Doyle
SM

El heredero de una gran fortuna deberá enfrentar su destino y las extrañas fuerzas que se mueven alrededor de la casa familiar, acompañado por el famoso detective Sherlock Holmes y por su inseparable amigo el doctor Watson. Para los amantes de las novelas de misterio leer o releer este relato los acercará a la pluma de Sir Arthur Conan Doyle quien sin duda supo llenar de atractivos e inesperados detalles la historia de un perro demoníaco y la venganza que se cierne sobre los Baskerville. Conan Doyle no deja cabos sin atar y sumerge al lector en una corriente de hechos que si bien lo llevan a clarificar las motivaciones de un criminal para cometer el delito, al final debe esperar la explicación que lo llevará a mover su cabeza pensando que todo estaba claro como el agua. El sabueso de los Baskerville es, sin duda, un libro que vale la pena retomar para deleitarse con un auténtico clásico de misterio.

Tortilla Flat

John Steinbeck
Norma

Tortilla Flat, un pueblo de Monterrey, en la costa de California, es el escenario en el que John Steinbeck ubica a Danny y a sus amigos, una especie de Caballeros de la Mesa Redonda, quienes vivirán una serie de aventuras a partir del recibo de una herencia del abuelo de Danny. Los personajes descritos por Steinbeck poseen un espíritu libre y pícaro derivado de su condición de paisanos: son indios mexicanos mezclados con españoles y caucásicos. Ellos viven en casas invadidas por la maleza, son elementales y desconocen el significado del mercantilismo. Bajo estos parámetros el autor nos habla de la sencillez del alma humana, nos pone delante de situaciones que parecen fantásticas pero que son producto de una visión elemental de la vida y logra revelarnos la belleza de lo feo, la posibilidad de maquinar sobre el mal para poder hacer el bien: así razonan sus personajes. Tortilla Flat nos muestra, en fin, una trama con una gran carga dramática y la inevitable atracción que hay entre el dolor y lo humano.

Pacto de sangre

Fernando Claudín
Anaya

Raúl Tobar es un joven madrileño que perdió a sus padres siendo apenas un niño y que, recientemente, se ha enfrentado a la desaparición de su hermano Atón a manos de algunos mafiosos. Raúl convierte en el eje de su vida la búsqueda de su hermano mayor. Su obsesión lo llevará a involucrarse con el hampa y el narcotráfico y deberá hacer uso de su inteligencia y habilidad para sobrevivir en este medio y al mismo tiempo encontrar al amor de su vida. Tal como lo plantea Fernando Claudín, en el desarrollo de la novela se establece un pacto de sangre o de honor en el que los personajes, inmersos en la batalla entre el bien y el mal, deberán construir su propio destino. Aunque a veces pareciera que el autor se deleita sacando de apuros al protagonista con algunos trucos inexplicables, la mayor parte de la narración es sólida y presenta unos personajes cercanos a la realidad de los adolescentes que deben enfrentar desde muy temprano la vida y sus múltiples misterios.

La decadencia de los dragones

William Ospina

Sin duda encontrar un libro de ensayos de William Ospina es una nueva oportunidad para apreciar su implacable y al mismo tiempo suave pluma, y para regocijarnos con su mirada sobre temas que tienen de divino y de humano.
La decadencia de los dragones es un libro que reúne doce textos en los que explora de manera exhaustiva los singulares malabares de algunos de sus escritores favoritos y de obras que han dado qué hablar en el mundo de la literatura. Pero esta mirada, como él bien lo insinúa en su invocación inicial, es una de las múltiples que se le pueden dar a cualquier obra: “El lenguaje (...) engendra lenguaje, y sobre las escasas dos mil páginas de Shakespeare se han escrito bibliotecas enteras, y en el único día de Leopoldo Bloom y de Dédalus han gastado millares de palabras y de días de muchos seres humanos, y sobre un haikú de diecisiete sílabas se puede escribir un tratado extensísimo”. Ospina explora en este libro, y en el ensayo que le da el nombre al volumen, un tema apasionante como es la pérdida de la imaginación en la época actual. Cabalga sobre la sombra del Quijote para demostrar cómo Miguel de Cervantes fue el iniciador de la pérdida de la fantasía para dar lugar a la existencia de la locura como representación del acto heroico: antes los héroes eran seres cuerdos y el mundo estaba enloquecido, plagado de seres y situaciones imaginarias a las que había que temer o enfrentar. La época actual, y a partir del Quijote, cargada como está de opciones individuales de vida, ausente de la parroquia y de lo común, ha creado héroes locos o desesperados luchando por situaciones irremediables sin la ayuda de unos pocos buenos amigos fantásticos, actores de la resolución de sus aventuras. La literatura actual carece, al decir de William Ospina, de dragones a los que sólo nuestra fe les de la oportunidad de vivir. Son seres fantásticos que han entrado al terreno infame de la irrealidad y ocupan con mucho un lugar privilegiado en las novelas pueriles o en fantasías escritas para niños. Los dragones han desaparecido para dejar el espacio a realidades pesadas y de cierta manera sofocantes: “Durante la Edad Media la humanidad europea había vivido en un universo fantástico. Sus magos, sus dragones, sus gigantes, sus hadas y sus gnomos eran el complemento cotidiano en un mundo en el que el ser humano occidental creía en cosas asombrosas”. (...) “Yo diría que ése es el universo fantástico que se ha ido derrumbando con las revelaciones del pensamiento contemporáneo”. El hombre dejó de ser el centro del universo, la naturaleza le reveló su poder y la religión le mostró sus limitaciones. Sin embargo, no es la fantasía la que se ha perdido. Para Ospina, es el “orden mental particular” el que ha soltado sus anclas para que los seres humanos viajen en sentido contrario a la idea de que la realidad está dividida en el mundo material y en el del espíritu. Aunque es explícita en este último ensayo su idea de la imaginación y la inocencia perdidas, los temas que ocupan el resto del libro no son menos incitadores y detrás de ellos está la columna vertebral de la lectura, la eternidad de las ideas contra su innovación.
Escritores como Borges (siempre Borges), Chesterton, Shakespeare, desfilan por sus páginas para darnos la idea, desde la mirada de Ospina, del significado inagotable del lenguaje, de la perenne reinvención de la vida desde la escritura, de los misteriosos secretos del amor y sus definiciones. Todo ello marcado por la reflexión sobre el lenguaje, el placer de la lectura y el deseo de volver a tener el privilegio de “soñar con inocencia” para lo que tendremos que descubrir, como dice Ospina en el final de su invocación, cómo volver a vivir con inocencia. Y ésta es la tarea más difícil.
Constanza Padilla

Antología de poesía colombiana para jóvenes

Selección

Beatriz Helena Robledo,
Alfaguara

En este libro de poesía aparecen indistintamente una noche llena de perfumes, de murmullos y de música de alas, una rosa que fue testigo de un gran amor o míseros poetas temblando ante los vértigos del mar. Aquí la vida se juega o se cambia o los días nos revelan móviles, fértiles, sórdidos, plácidos, lúbricos o lúgubres. Aquí están reunidas estas y otras palabras nacidas de la pluma de poetas colombianos de los siglos XIX y XX. Esta antología de poesía es una invitación de principio a fin para iniciar un viaje hacia las palabras. Ya el prólogo advierte al joven lector las ventajas de dejarse seducir por la poesía, por la aventura de la “palabra hecha ritmo, música, canto”. Y es que esta selección de poemas, de treinta y cuatro escritores colombianos, está hecha para cantarle a los amores perdidos o recuperados, a la escritura, al sentido de la vida, a la naturaleza y a la vida cotidiana, a todos los sentimientos que nos construyen y con los que convivimos. Poetas de todos los estilos integran este volumen dándonos a conocer sus miradas diversas sobre los tópicos propuestos por la seleccionadora. Ésta es concisa y trata de presentar poemas representativos que se constituyen en una especie de “abrebocas” para aquellos lectores que quieran iniciarse en el conocimiento de la poesía colombiana. Vale la pena aprovechar este espacio para rendir un pequeño homenaje a la poeta María Mercedes Carranza, recientemente fallecida, publicando para nuestros lectores uno de los poemas incluidos en la antología:

El oficio de vestirse

De repente,
cuando despierto en la mañana
me acuerdo de mí,
con sigilo abro los ojos
y procedo a vestirme.
Lo primero es colocarme mi gesto
de persona decente.
En seguida me pongo las buenas
costumbres, el amor
filial, el decoro, la moral,
la fidelidad conyugal:
para el final dejo los recuerdos.
Lavo con primor
mi cara de buena ciudadana
visto mi tan deteriorada esperanza,
me meto entre la boca las palabras,
cepillo la bondad,
y me la pongo de sombrero
y en los ojos
esta mirada tan amable.
Entre el armario selecciono las ideas
que hoy me apetece lucir
y sin perder más tiempo
me las meto en la cabeza.
Finalmente
me calzo los zapatos
y echo a andar: entre paso y paso
tarareo esta canción que le canto
a mi hija:
“Si a tu ventana
llega el siglo veinte
trátalo con cariño
que es mi persona”.

¿Quién quiere un rinoceronte barato?

Shel Silverstein, Lumen

Un rinoceronte puede resultar barato si sirve como perchero, abre las latas de cerveza del tío, finge ser un tiburón bajo el agua o persuade a un padre indeciso sobre el dinero que le debe dar a su hijo. Tantas cosas juntas y más se le ocurrieron a Shel Silverstein, quien en páginas aireadas y trazos bien definidos presenta una serie de situaciones fantásticas que obligan al lector a aventurarse a la página siguiente en busca de otra sorpresa. En este libro la ilustración no es accesoria, es la esencia y ella hace parte del texto: insinúa, crea espacios que no están presentes y origina una atmósfera que propicia una lectura activa. En efecto, el libro ofrece la posibilidad de interactuar. Más allá de las ingeniosas preguntas que se plantea el autor, hay otras que surgen de la lectura por lo que se puede decir que este libro no es uno de esos ejemplares que se leen y no se retoman. Una y otra vez nos podemos involucrar en el juego y construir desde la fantasía la posibilidad de una historia que nos divierta y nos rete como lectores.

Cuchilla

Evelio José Rosero Diago, Norma

Un niño de colegio narra los acontecimientos ocurridos con un temible profesor. “Cuchilla” es el apodo del hombre que refleja la dureza con que trata a sus alumnos quienes ven en él un ser lejano, imposible, inhumano. La historia, contada en siete asaltos, como siete peleas, siete luchas humanas, es de una gran frescura. Refleja el miedo de unos niños y el descubrimiento de la fragilidad de los seres que en apariencia son más duros. El protagonista sufre, suda, teme, se arriesga. Genera historias que el lector sigue con interés y que unidas al recuerdo crean una complicidad con el protagonista y con el mismo escritor que aparece como un testigo excepcional de los hechos. Los personajes construidos por Rosero son sólidos y van mostrando en el desarrollo de la novela su verdadera esencia, su alma llena de miedos y de certezas que los revela humanos, vulnerables. El final de la novela muestra el tacto del autor y no deja vencedores ni vencidos. Sólo la comprensión de que el alma humana tiene muchas caras y que muchas veces la incomprensión y la rudeza algunas veces son un grito de desespero, una solicitud de ayuda, una rebelión de la tristeza.