Maria Gripe.
Ediciones SM.
El mundo de las novelas de María Gripe está lleno de una extraña magia que envuelve al lector, no lo deja respirar y no lo suelta sino hasta que termina la narración. Y aún en ese momento, la sensación que queda sigue siendo extraña, pues se da cuenta de que algo se ha movido en su interior. Esto, sin lugar a dudas, sucede con La hija del espantapájaros, una novela muy triste que reflexiona sobre las relaciones humanas, el mundo consumista de las ciudades y la valentía y el orgullo de una niña.
En tercera persona, el narrador cuenta la historia de una niña de doce años que ha sido abandonada por sus padres, dejándola a cargo de dos hermanos pequeños. Ella vive en el bosque y se desenvuelve a la perfección, con la ayuda de Tía Adina y un extraño hombre al que nunca ha visto. Cuenta además con Papá Pelerín, un espantapájaros (que es más bien un espantagente), que ella misma hizo con los vestidos de su padre. Pero un día, recibe una carta de su madre: no vendrá para este invierno, lo que significa que sus hermanos van a pasarlo en la casa de una amiga y Loella va a tener que ir al Patronato de menores. A partir de este momento inicia al interior de la niña una lucha valiente y orgullosa: primero se defiende e intenta evitar que los saquen de la cabaña; pero luego, aceptando la derrota, decide manejar la situación de la mejor manera. En la ciudad por fin entiende una frase que muchas veces le ha dicho Tïa Adina: “todo lo que pasa tiene un oculto significado”, y desde ese momento empieza a creer que ha ido a la ciudad porque debe encontrarse con su padre, a quien no conoce y de quien sólo sabe que es marino, se parece mucho a ella y es muy guapo.
Es así que la autora pone en la mesa el tema del abandono, una problemática muchas veces prohibida a los niños por sus fuertes connotaciones. Pero el modo en que Gripe lo plantea hace que el lector de todas las edades sienta que también en situaciones trágicas y que parecieran sin salida existen en el mundo personas de buen corazón; y, además, que siempre los seres humanos, no importa la edad, podemos recurrir a la valentía, a las ilusiones y a la perseverancia para vencer los obstáculos y conseguir lo que queremos.
Maria Gripe es una de las autoras de literatura infantil y juvenil más importante de nuestros tiempos: en 1974 recibió el premio Hans Christian Andersen. Sus libros retoman temáticas cotidianas y son fuertes críticas contra el autoritarismo. Tanto Hugo y Josefina, como Los hijos del vidriero, La hija del espantapájaros y El abrigo verde se han convertido en clásicos de la literatura juvenil.
Ediciones SM.
El mundo de las novelas de María Gripe está lleno de una extraña magia que envuelve al lector, no lo deja respirar y no lo suelta sino hasta que termina la narración. Y aún en ese momento, la sensación que queda sigue siendo extraña, pues se da cuenta de que algo se ha movido en su interior. Esto, sin lugar a dudas, sucede con La hija del espantapájaros, una novela muy triste que reflexiona sobre las relaciones humanas, el mundo consumista de las ciudades y la valentía y el orgullo de una niña.
En tercera persona, el narrador cuenta la historia de una niña de doce años que ha sido abandonada por sus padres, dejándola a cargo de dos hermanos pequeños. Ella vive en el bosque y se desenvuelve a la perfección, con la ayuda de Tía Adina y un extraño hombre al que nunca ha visto. Cuenta además con Papá Pelerín, un espantapájaros (que es más bien un espantagente), que ella misma hizo con los vestidos de su padre. Pero un día, recibe una carta de su madre: no vendrá para este invierno, lo que significa que sus hermanos van a pasarlo en la casa de una amiga y Loella va a tener que ir al Patronato de menores. A partir de este momento inicia al interior de la niña una lucha valiente y orgullosa: primero se defiende e intenta evitar que los saquen de la cabaña; pero luego, aceptando la derrota, decide manejar la situación de la mejor manera. En la ciudad por fin entiende una frase que muchas veces le ha dicho Tïa Adina: “todo lo que pasa tiene un oculto significado”, y desde ese momento empieza a creer que ha ido a la ciudad porque debe encontrarse con su padre, a quien no conoce y de quien sólo sabe que es marino, se parece mucho a ella y es muy guapo.
Es así que la autora pone en la mesa el tema del abandono, una problemática muchas veces prohibida a los niños por sus fuertes connotaciones. Pero el modo en que Gripe lo plantea hace que el lector de todas las edades sienta que también en situaciones trágicas y que parecieran sin salida existen en el mundo personas de buen corazón; y, además, que siempre los seres humanos, no importa la edad, podemos recurrir a la valentía, a las ilusiones y a la perseverancia para vencer los obstáculos y conseguir lo que queremos.
Maria Gripe es una de las autoras de literatura infantil y juvenil más importante de nuestros tiempos: en 1974 recibió el premio Hans Christian Andersen. Sus libros retoman temáticas cotidianas y son fuertes críticas contra el autoritarismo. Tanto Hugo y Josefina, como Los hijos del vidriero, La hija del espantapájaros y El abrigo verde se han convertido en clásicos de la literatura juvenil.
0 comentarios:
Publicar un comentario