Christine Nöstlinger, Norma
Sebastián es un adolescente, apodado por sus amigos “Bonsai” porque es pequeño, casi enano, pero según sus propias palabras, bello, proporcionado como un árbol en miniatura. Y es un árbol en miniatura, un universo en miniatura, un muchacho cuya reflexión constante está centrada en el mundo que lo rodea, en las situaciones límite. Su madre, “la separada”, es el personaje que le permite descubrir las razones por las que no entiende a los adultos y las contradicciones entre éstos y los adolescentes. Uno de los conflictos abordados por la autora, de cierta manera el centro de toda la trama, es el de la definición sexual de Sebastián. Con maestría Nöstlinger nos acerca a las dudas, a la imposibilidad del blanco y negro, al conflicto que carga casi todo adolescente y aun los adultos acerca de sus preferencias sexuales. Nöstlinger habla sin miedo de homosexualidad, de bisexualidad, sin subterfugios, así como presenta el lenguaje a través de toda la novela.
Sebastián es un adolescente, apodado por sus amigos “Bonsai” porque es pequeño, casi enano, pero según sus propias palabras, bello, proporcionado como un árbol en miniatura. Y es un árbol en miniatura, un universo en miniatura, un muchacho cuya reflexión constante está centrada en el mundo que lo rodea, en las situaciones límite. Su madre, “la separada”, es el personaje que le permite descubrir las razones por las que no entiende a los adultos y las contradicciones entre éstos y los adolescentes. Uno de los conflictos abordados por la autora, de cierta manera el centro de toda la trama, es el de la definición sexual de Sebastián. Con maestría Nöstlinger nos acerca a las dudas, a la imposibilidad del blanco y negro, al conflicto que carga casi todo adolescente y aun los adultos acerca de sus preferencias sexuales. Nöstlinger habla sin miedo de homosexualidad, de bisexualidad, sin subterfugios, así como presenta el lenguaje a través de toda la novela.
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