Ana Maria Matute,
Lumen, 1969
Paulina es una pequeña huérfana que vive en la ciudad con su tía Susana, una triste mujer para la que su sobrina es una niña traviesa y mal educada. Durante el invierno su vida se transforma porque pasa la vacaciones en la casa de campo de sus abuelos. Allí conoce a un niño ciego, llamado Nin, que debe abandonar la humilde y húmeda casa de sus padres y vivir hasta la primavera con los abuelos de Paulina. Los dos se convierten en amigos entrañables; Nin aprende a leer y a escribir mediante un ingenioso sistema de símbolos en braille que Paulina diseña especialmente para él. Nin, a su vez, involucra a Paulina en su vida y le enseña su entorno campesino, que la mayor parte del tiempo está plagado de dificultades, trabajo y responsabilidades. La autora de esta obra dota a sus personajes con un gran sentido social que les permite vivir las relaciones con los otros sin importar la raza, condición social, o creencias. Con este rasgo característico de la inocencia infantil, los adultos que aparecen en la obra recobrarán las ilusiones y las esperanzas que han visto alejarse por su dura situación. La obra es un hermoso homenaje a la vida de campo, y a la manera sencilla como transcurre la existencia de los seres humanos cuando sus búsquedas son simples.
Yoanna García
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