Iela Mari, Lumen
Existe en la imagen una especie de magia que hace que un lector pueda regocijarse con una serie de líneas y colores y construir a partir de allí una historia, un texto nuevo. Esto es precisamente lo que ocurre con El globito rojo. En este libro se manejan exclusivamente imágenes, no hay allí ni una sola línea de texto y, sin embargo, la autora es capaz de crear un hilo conductor a partir de la metamorfosis de un globo de chicle. La bomba de un chicle viaja progresivamente con varias apariencias, pasando por un balón, una manzana, una mariposa, una flor y, por último, de la mano de quien la toma, se transforma en un paraguas dejando en el lector la promesa de un nuevo cambio. Es un juego interesante en el que los escenarios, trazados en finas líneas negras, le dan vida y contexto al globo de múltiples caras. El diseño del libro combina con inteligencia estos dos elementos y provoca entre página y página la curiosidad del lector que, sin duda, se sentirá atraído por esta singular propuesta.
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